Khadija Amin, @mary.amin.18488, es una joven periodista afgana que está refugiada en España. Hasta la entrada de los talibanes en Kabul en agosto de 2021 era el rostro de las noticias en la televisión pública (RTA). Pero se vio obligada a dejar su puesto de trabajo de la noche a la mañana. El motivo: ser mujer.
Se revolvió contra el nuevo régimen e intentó más que nunca proclamar y defender sus derechos y terminó viendo su vida amenazada.
Fue evacuada a toda prisa en un avión del Gobierno español gracias a un salvoconducto tramitado por Reporteros Sin Fronteras (RSF). También podrían haber volado con ella su marido y sus tres hijos (el mayor de ocho años y los gemelos de cuatro). Pero él la traicionó en el último momento. Optó por quedarse en tierra y evitó que viajaran los pequeños.
Ahora ella vive en Salamanca, donde ha recibido el apoyo y cariño de mucha gente, empezando por la oenegé @fundacioncepaim.
“Migrar causa un dolor que no se puede expresar, especialmente cuando la huida no se desea y se hace para sobrevivir en busca de un futuro mejor.
En su momento tuve que elegir entre la separación de mis seres queridos y la posible muerte. Fue muy difícil alejarme de mi tierra natal, de mi gente, de mis padres, quienes siempre me apoyaron y animaron, y, especialmente terrible… separarme de mis hijos.
El dolor de la migración es incesante y se arrastra continuamente. Así lo he podido comprobar al compartir experiencias y relatos con con más familias afganas que han llegado a España.
En mi caso, he comenzado una nueva vida aquí. Estoy muy agradecida al Gobierno español. El apoyo y el aliento de los españoles me ha ayudado a seguir adelante, ya que he recuperado oportunidades de educación y aprendizaje. Reconozco que en los últimos meses mi existencia ha cambiado positivamente, y más cuando pienso que si me hubiera quedado hubiera encontrado la muerte o terribles sufrimientos.
En España he recuperado el optimismo y hasta he comprobado que el calvario de la migración tiene lecciones útiles. Trato de aprender el idioma y adaptarme… pero echo de menos mi patria. Ojalá pudiera volver, pero no puedo por culpa de los talibanes. Regresar es como ir al borde de la muerte. Esto es muy doloroso para mí y mi familia. No puedo olvidar Afganistán ni por una fracción de segundo”.
Nota: La foto facilitada por Khadija que se expone en la visita virtual corresponde a su última noche en Afganistán, en agosto de 2021, antes de ser evacuada rumbo a España.
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