Nilofar Ayoubi es una mujer afgana de 27 años que está refugiada en Polonia junto a su marido y sus tres hijos. Periodista, feminista y activista comprometida con los derechos de las mujeres de su país, al retomar los talibanes el poder en el 2021 se convirtió en objetivo de primera magnitud, una figura a eliminar cuanto antes.
Esquivó la vigilancia y persecución de los fundamentalistas (hasta 15 hombres armados la buscaron durante tres días por Kabul) y logró abandonar su país gracias a la ayuda desde España de una usuaria de Twitter, Laia Marsal, que topó de forma inopinada en la red social con su llamamiento desesperado, y un reportero polaco, Michał Żakowski.
Ayoubi encarna de forma paradigmática el horror que azota de nuevo a la mujer afgana desde hace un año.
Tras una azarosa primera etapa de su vida en la que se hizo pasar por varón durante años para evitar ser objeto de discriminaciones, alcanzó un estatus de éxito como emprendedora y empresaria hasta el punto de tener a más de 300 personas bajo su mando. Pero de la noche a la mañana, en agosto del 2021, su vida entró en un cruel túnel del tiempo.
Era muy pequeña cuando se instauró oficialmente el primer Emirato Islámico de Afganistán. Por recomendación y ayuda de su padre, al que siempre estuvo muy unida, pasó a ‘convertirse’ en un chico, logrando engañar a propios y extraños, hasta que le vino la regla.
Ya como mujer y tras pasar una complicada etapa de adaptación a su ‘nueva identidad’, rechazando una tras otra las innumerables peticiones de matrimonio que recibía, logró una beca para estudiar en la India.
Tras licenciarse volvió a su país, donde participó en la campaña #whereismyname, lanzada en Twitter por Laleh Osmani, iniciativa de gran repercusión mundial que combatía la tradición por la que las mujeres afganas no pueden utilizar sus nombres en público.
Se convirtió en una empresaria de renombre en varios sectores: alfombras, moda, productos de belleza, muebles… e incluso abrió una sala de exposiciones en Kabul. Allí se encontraba precisamente cuando los integristas tomaron la ciudad el 15 de agosto de 2021. Y allí comenzó la pesadilla.
Empeñada en volver a sentirse útil y, sobre todo, libre, poco a poco resurge en Polonia. De momento, ha abierto en Varsovia junto a su marido un restaurante de comida persa (el primero de este tipo en Polonia), es directora ejecutiva deAsia Times Afghanistan, editora del perfil@Akhbar_Afghan en Twitter y, por ejemplo, participó el año pasado como conferenciante en TEDx 2021 en la capital polaca.
29miradas ha contactado con Nilofar Ayoubi, quien nos ha facilitado dos vídeos que se pueden ver en la exposición y además nos ha enviado estas palabras:
"Yo, como mujer afgana del siglo XXI, me niego a renunciar a mis derechos y dejar que un grupo de hombres que no tienen la educación adecuada y no saben nada sobre los derechos humanos, y mucho menos sobre el derecho de las mujeres a ser independientes, me impongan nada.
Me niego a que mi papel solo sea el de tener hijos y obedecer, cubrirme para no pecar, aceptar que soy la mitad que un hombre o que no puedo poner mi nombre en el acta de nacimiento de mi hijo, que mi nombre es tabú y que nazco y muero sin él.
Esta vez no nos daremos por vencidas ya que las mujeres de Afganistán ahora están educadas y son muy conscientes de sus derechos”.
